Elaborar una lista con los mejores jugadores de la historia es tarea ardua y, probablemente, muy polémica. Es muy complicado contar al 100% con una objetividad estricta, y nuestro subconsciente siempre hará que nuestros gustos guíen nuestras elecciones, aunque tratemos de evitarlo. Pero como con todo, cuanto más se reduce el campo a estudiar más se simplifica la hipótesis y la posterior ejecución de la demostración, lo que nos ha llevado a analizar cada franquicia de manera individualizada, creando un serial con los 30 mejores jugadores de la historia... contando con un individuo por franquicia. Hoy llega el turno de los Memphis Grizzlies, y con ellos, el turno de un jugador que definió una era en la franquicia: Zach Randolph
EL RESUMEN DE SU CARRERA
Más de 1100 partidos en toda su carrera NBA (18 temporadas), un par de apariciones en el All-Star, temporadas en las que superó el 20-10… El paso de Zach Randolph por la NBA se podría dividir en dos etapas: una primera en la que era considerado un gran jugador, pero quizá inmaduro e insuficiente como para construir una franquicia a su alrededor, y un periodo de madurez en el que asentó los nuevos valores de los mejores años de Memphis.
16.6 puntos y 9.1 rebotes son números muy muy sólidos para una carrera tan duradera en el tiempo. Sus mejores años fueron los de un jugador que dominó en temporada regular y demostró su valía en los Playoffs, formando parte de los mejores momentos de sus equipos y sobre todo de los Grizzlies.
Es cierto que estuvo bastante lejos de ser un jugador perfecto e ideal, y mucho menos lo seria hoy, en los tiempos que corren. Pero si algo demostró a lo largo de los años es que tenía claro cómo jugar al baloncesto, su manera de trabajar, y cómo hacer bien las cosas. Sus victorias se transformaron pronto en las de Memphis, y si en algo es modelo, es en la construcción de una identidad y un vínculo eterno entre franquicia y jugador
¿POR QUÉ ES EL MEJOR JUGADOR DE LA HISTORIA DE LA FRANQUICIA?
Durante sus 8 temporadas en Memphis (551 partidos de regular season) promedió 17 puntos y 10.2 rebotes, las dos nominaciones al All-Star fueron allí, y logró establecer una nueva cultura en un equipo que no se había visto con tanto protagonismo ni oportunidad de demostrar su calidad en mucho tiempo. Z-Bo era un obrero del baloncesto, y logró que la idea del Grid & Grind se mantuviese incluso hoy en la franquicia, años más tarde desde su salida.
Randolph fue el protagonista de las 4º primeras victorias de la historia del equipo en Playoffs, en una serie frente a San Antonio que cerraría con un colosal partido de 31 puntos, 17 de estos en el último cuarto. En 2013 se plantaría en las primeras finales de conferencia de los Grizzlies, siendo la figura principal de una plantilla ya durísima, basada en la defensa, y a la que nadie quería encontrarse en su camino.
A lo largo de los años, y aunque su producción en ataque se fue resintiendo, Z-Bo continuó siendo el pilar fundamental de los Grizzlies. Durante casi una década el equipo fue de Playoffs, y una amenaza que debía ser tomada en serio. Su techo fueron aquellas finales, sí, pero la sensación es que simplemente encontraron a varios de los mejores equipos de la historia reciente de toda la NBA. Y ante eso, poco se puede hacer.
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Zach fue el principal referente de los años gloriosos de una joven franquicia, la persona que le dotó de una cultura ganadora y carismática (que hoy sigue viva) y un modelo para todos los aficionados de una ciudad. Nunca fue un jugador demasiado glamuroso ni amigo de la farándula, pero pocas personas se atreven a dudar del papel trascendental que tuvo para Memphis.
Separar a Randolph de la historia reciente de los osos es imposible. La franquicia lo fue todo para él, y viceversa. Más allá de números y logros, lo cierto es que para decidir al mejor jugador de la historia de los Grizzlies hay que pensar un poco con el corazón y no tanto con la cabeza. Si alguien fue todo corazón, y lo dio todo por la franquicia, fueZach.
COMPLETAMOS EL PODIO DE LEYENDAS DEL EQUIPO
Sin embargo, si en una franquicia existe el debate sobre quién es su mejor jugador de siempre, esa es Memphis. Porque Zach Randolph logró muchísimas cosas… pero no lo hizo solo, y a su lado están los dos jugadores que permitieron que toda la aventura de los Memphis del Grit & Grind fuese algo real.
La medalla de plata debe ser para Marc Gasol. Llegó como “el hermano pequeño de” y no solo logró demostrar que esa etiqueta se le quedaría cortísima con el tiempo, sino que también marcaría a su manera la franquicia . Big Spain se ganó el corazón de todos los aficionados gracias a su gran desempeño en defensa, siendo en su mejor momento de forma uno de los mejores pívots de toda la NBA, además de aparecer varias veces en el All-Star y ser reconocido como Defensor del Año.
Si Pau supuso un salto adelante para Memphis, Marc permitió que la franquicia se mantuviese como un modelo a seguir para los mercados pequeños. Un jugador al que prácticamente criaron como a un hijo desde el primer día, velaron por su buena adaptación, y se aseguraron de qué destacaría y conseguiría superar la alargada sombra de Pau. Sin embargo, su aportación es “menor” a la de Zach tanto numéricamente como en el propio peso que tiene en los aficionados, dentro de ser queridísimo por estos.
El bronce va para Conley, la tercera pata del proyecto. Si Marc y Z-Bo eran el seguro de vida en la pintura, a los mandos de la nave estaba Mike para garantizar que todo iba bien. Esta temporada en Utah no está siendo lo mejor para su imagen pública, pero si se obvia esto, es la tercera gran figura de los Grizzlies modernos.
Entre los 3 regalaron a todos los aficionados de Memphis los mejores años de una pequeña franquicia a la que nadie esperaba ver tan alto. No lograron un campeonato, tarea durísima, pero si permitieron que todo el mundo pudiese ver a un equipo atípico y diferente entre los mejores.
No es ofensivo situar a Marc por encima de Randolph, o incluso a Conley. Es lo positivo de estos debates, y más en el caso de Memphis: no hay una única verdad sobre quién es el mejor de toda su historia.